JOSÉ RIBERA Y

FRANCISCO ORQÜIN,

CAMPEONES DE ESPAÑA JUVENILES

Uno de los mayores alicientes que han tenido los Campeonatos de España de Pelota Valenciana, celebra­dos recientemente, ha sido la actuación de los equipos juveniles que representaban a los mismos trinquetes que tomaban parte en el campeonato profesional, que eran los siguientes: Pelayo, Masamagrell, Botera, Benisa, Gandía, Sueca, Villarreal y Tabernes de Valldigna.

Esos chavales, de quince a dieciocho años, han dado la nota vibrante de alegría y juventud, realizando sobre la cancha una labor prometedora y viril, ante un público gratamente sorprendido.

Los nombres de Ribera, Orquín, Ramiro, Martines, Folleto, Perís y Xatet de Carlet II, entre otros, aportan savia nueva a un deporte que parecía condenado a des­aparecer.

 


José Ribera, zaguero

José Ribera Barbera nació, hace dieciocho años, en el trinquete de Carcagente, donde su padre era empresa­rio. Sus primeros pasos los dio en la cancha y su mejor juguete fue la pelota. Pero a causa de una nevada que­daron destruidas las instalaciones del local, con lo que se cerró el trinquete durante más de siete años. Por en­tonces se aficionó el muchacho al fútbol y las pruebas atléticas, hasta que, en el año 1966, se asoció su padre con otro señor y procedieron a reconstruir el trinquete para ponerlo nuevamente en servicio.

Y debido a que su padre es maestro de obras y no dispone de tiempo libre, tuvo el joven Pepito que susti­tuirle en la actividad deportiva, ejerciendo las funcio­nes técnicas del local, con una capacidad e interés im­propios de su edad. De ahí parte su plena dedicación al trinquete.

Poco antes de iniciarse los campeonatos le buscaron para jugar como zaguero en el equipo de Sueca, acom­pañando al delantero, Orquín, cuya pareja sería después la ganadora.

Le pregunto si esperaba conseguir el título. Y Pepe Ribera me responde con aplomo y seguridad.

—Pues, sinceramente, no. Había otros equipos muy bien clasificados, cuando nosotros estábamos atrás. A partir de la visita del equipo de Gandía a Sueca, todo cambió favorablemente.

—¿Prefieres ser jugador o empresario?

—Es más fácil ser jugador. Haces el esfuerzo de una vez y terminas, mientras que el empresario tiene mu­chos quebraderos de cabeza que el pelotari desconoce.

—¿Piensas hacerte profesional?

—Esa es la intención.

—¿Te has enfrentado alguna vez a profesionales?

—En Carcagente he jugado varias veces contra Rotget de Carlet, Enrique I y Xato de Guadasuar.

¿Qué tal se te dio?

—Según los aficionados, no hice el ridículo.

—¿Cuál es tu mejor cualidad?

—Dicen que la potencia de pegada.

—¿A quién te agradaría parecerte?

—A Llopis. Es formidable como jugador. Además es de una regularidad y corrección que me admira.

—¿Con qué jugadores formarías la mejor figura co­nocida?

—Con la clase de LJopis y la potencia arrolladora de Ensebio.

¿Qué te supone haber logrado el título?

—Una gran alegría y mayor experiencia para llegar a profesional.

—¿No se opone tu padre?

—Mi padre es muy comprensivo y le satisface mi decisión.