Eroski llevaba intentando instalar un centro comercial y de ocio en Alzira desde hace cuatro años (aunque el proyecto no se presentó oficialmente hasta julio pasado). Sin embargo, la lentitud con que el Ayuntamiento alcireño avanzaba en los trámites urbanísticos (los terrenos en donde se pensaba edificar el equipamiento no estaban calificados convenientemente) hizo que el grupo de alimentación lanzara en septiembre un ultimatum: o se agiliza todo, o nos vamos a otro sitio.

Inmediatamente surgió la opción de Carcaixent. Su alcaldesa, Lola Botella, anunció a Eroski que la población contaba con terrenos cuyo uso ya permitía acoger un centro comercial y de ocio. La celeridad con la que se ha movido desde entonces ese consistorio ha sido fundamental. La semana pasada, el pleno del Ayuntamiento de Carcaixent aprobaba por unanimidad el convenio con Eroski para la implantación de la gran superficie, que se firmará hoy mismo. En él se establece, entre otros puntos, que el 80% del personal del futuro centro será del municipio, y que los comerciantes de esa población tendrán un derecho preferente para reservar espacio en la galería comercial.

Mientras, en Alzira, donde ya se veían las orejas al lobo, la aprobación del convenio con Eroski (con unas condiciones muy similares a las de Carcaixent) se produjo este pasado lunes, un día antes de que Eroski tomara la decisión. No obstante, esa tardía reacción no ha servido de nada, ya que Eroski ha valorado más el hecho de que los terrenos en Carcaixent ya se encuentren calificados convenientemente, y que desde ese Ayuntamiento "se haya avanzado más en un mes, que en cuatro años en Alzira". Si el grupo de distribución vasco respeta las líneas del proyecto presentado hace unos meses en Alzira, la futura gran superficie de Carcaixent contaría con un hipermercado, una galería comercial, una zona de ocio con salas de cine y un apartado de restauración.