Los vertidos ilegales de algunas industrias ubicadas en
Alzira, unido al escaso caudal del Júcar, han elevado de
forma alarmante la contaminación de este río que lleva
camino de convertirse en 'otro Segura', según han
denunciado algunos alcaldes de La Ribera. Un fuerte hedor se
deja notar desde hace unos dos meses, sobre todo al
anochecer, en las localidades más próximas al Júcar, como
es el caso de Riola. La suciedad de las aguas y algunos
peces muertos flotando se pueden apreciar estos días desde
Carcaixent hasta Sueca, especialmente en los meandros y
zonas de remanso, como en Riola.
El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alzira,
Arturo Gallego, dijo ayer que pedirá explicaciones a la
empresa y lamentó que el Servicio de Protección de la
Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil no les comunique
'nunca los resultados de los análisis'. Gallego criticó el
retraso de varios años que sufre la instalación de la
depuradora Alzira-Carcaixent.
Por su parte, el alcalde de Sueca, Alfredo Guillem,
denunció que la Confederación Hidrográfica del Júcar
(CHJ) no envíe siquiera el caudal ecológico del río ya
que, a su juicio, 'está reservando el agua para futuros
trasvases'. Guillem lamentó que el Júcar 'esté más
contaminado que nunca'.