Los
aventureros conquenses rememorarán el oficio de los nómadas
que bajaban troncos a través del cauce del río y conocerán
de cerca las tradiciones más enraizadas de la Ribera
Llorenç Martínez, Alzira
Las
piraguas de la expedición Mara Júcar ya están preparadas
para surcar de nuevo el curso del río que da nombre y
sentido a la comarca de la Ribera a partir de finales de
junio. Los aventureros conquenses que organizan el trayecto
repetirán la experiencia del año pasado con la intención de
combinar la práctica deportiva con el análisis del estado
actual que presenta el ecosistema del río, muy degradado por
la presencia de vertidos contaminantes en un cauce que no
anda precisamente sobrado de caudal.
El trayecto se desarrollará
entre el 28 de junio y el 26 de julio y atravesará todos los
pueblos situados en la ribera del Xúquer a lo largo de las
tres provincias bañadas por el río, Cuenca, Albacete y
Valencia, hasta llegar a la desembocadura en Cullera. El
contacto con el medio natural permitirá que los
excursionistas evoquen el antiguo oficio de los gancheros,
auténticos nómadas dedicados a bajar troncos que se
convirtieron en protagonistas del trayecto identificado con
el nombre de ruta de las maderadas.
La práctica de actividades
como el piragüismo, el senderismo o la escalada exigen un
descanso que llevará a los participantes a conocer los
pueblos integrados en el trayecto, entre ellos los de la
Ribera. La expedición se convierte en una ocasión
inigualable para favorecer el contacto entre las distintas
culturas que se han forjado a la orilla de un río que les es
común.
La expedición ya mostró el
pasado año a los aventureros llegados desde tierras del
interior la cara más preocupante del Xúquer. El cauce
revuelto y limpio que discurre por Cuenca y Albacete daba
paso, ya en la comarca de la Ribera, a un río contaminado y
repleto de vertidos urbanos e industriales, que incluso
llegaba a morir a la altura del azud de Algemesí, cuando aún
se encuentra a varios kilómetros de su desembocadura natural
en Cullera. A partir del 28 de junio, los intrépidos
excursionistas podrán verificar con sus propios ojos si el
diagnóstico del paciente sigue siendo tan desesperanzador.